"Yo no te estoy enseñando nada, sólo te ayudo a que te conozcas a tí mismo"

domingo, 22 de mayo de 2011

EL TACTO

El tacto proporciona sensaciones táctiles, de presión, térmicas y dolorosas, mediante estimulación de receptores nerviosos específicos, repartidos por toda la superficie cutánea.
La piel es el órgano más grande de nuestro organismo y el órgano de mayor sensibilidad táctil. El sentido del tacto no solamente se encuentra en las manos, está presente en toda la piel que cubre nuestro cuerpo.
Este sentido es tan extenso y complejo que el organismo cuenta con cuatro millones de receptores para percibir el dolor, 500 mil para sentir la presión, 150 mil para la percepción del frío y 16 mil para el calor.
El sentido del tacto nos permite apreciar las sensaciones externas de frío, calor, presión, textura, vibración, cosquilleo, así como el peso que sostenemos, la fuerza que nuestros músculos ejercen, etc. Desde la vida intrauterina el feto es capaz de responder a estímulos táctiles como chuparse el dedo.
El sentido del tacto es sumamente importante para todo ser humano. El sentido del tacto nos permite disfrutar de una caricia, los cálidos rayos del sol, el fresco viento, y un sin fin de sensaciones agradables. Y nos protege contra sensaciones que nos pueden causar daño o dolor, denominados nociceptores.
El sentido del tacto es tan sensible que, aún teniendo los ojos cerrados, podemos identificar objetos, texturas, temperaturas, etc. Las sensaciones son percibidas por medio de receptores, que son los encargados de enviar la señal al cerebro y se encuentran alrededor de todo nuestro cuerpo, distribuidas entre las diferentes capas de la piel




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